El hilo rojo que me une a mí misma y al mundo | Yolanda López
Cuenta una leyenda oriental que existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero jamás podrá romperse. Y yo me pregunto: ¿existirá un hilo rojo que nos conecte con nosotros mismos? ¿Un hilo rojo que se enmarañe, pero no se rompa?
Esta pandemia por el COVID19, me ha dado el tiempo y la oportunidad de descubrir a grandes personas que me han enseñado día a día a desenmarañar ese hilo rojo, que me une con mi modo SER y no con mi modo HACER.
Todo empezó a mediados del mes de febrero de este año, comencé a buscar una forma de vida diferente, con más calma, para callar a mi “mente bulliciosa” y así es como llegué al Rincón de Mindfulness. Al entrar sentí una sensación de paz interior y al conocer a Yolanda, me transmitió tal serenidad que mi intuición me dijo: “Es el lugar, aquí encontrarás lo que estabas buscando”. Hay personas que piensan que la intuición vive en el corazón, y no puedo estar más de acuerdo. Así, es como entró en mi vida Mindfulness.
“Un corazón abierto, es una mente abierta”. Dalai Lama.
Planeamos la vida como si fuera un camino en línea recta, pero realmente está lleno de subidas y bajadas, con sucesos inesperados y repentinos, que hacen que la vida ya no sea igual, como ha sido el caso del coronavirus. Un acontecimiento que lo cambiaría todo.
Ahora que empezamos a volver, poco a poco, a la “nueva normalidad”, sería interesante mantener nuestra mente conectada a nosotros mismos y a la naturaleza, mediante la atención plena. Mantener un equilibrio, en las diferentes facetas de nuestra vida, aprender que “menos, es más”.
Es importante aceptar la nueva situación y aceptar a los demás. Cada persona somos representantes del género humano, pero cada uno, con una experiencia de vida diferente. Aprovechemos esta experiencia de vida para enriquecernos personalmente y como comunidad. Empatiza con las personas que tienes a tu alrededor, con sus sentimientos, sufrimientos y alegrías.
Acepta las diferentes situaciones que van a ir generándose, aunque no las compartas. Trabaja la aceptación, asumiendo que no podemos cambiar lo que ocurre, no luchar con esta situación; es aceptar, simplemente, que no puede ser de otra manera (y esto, no es resignarse). Si te generan miedo o enfado practica la compasión. Mediante la práctica del “amor bondadoso” podremos ver el sufrimiento de otras personas o al menos a reflexionar, sobre qué es lo que les lleva a realizar esos comportamientos.
Ponte en el lugar del otro y practica la generosidad. Practicando la generosidad, te darás cuenta de que somos parte de “un nosotros” y además, reforzarás tu autoestima.
Mente, cuerpo y corazón están unidos. Conecta con tu modo SER, a través de la práctica diaria de Mindfulness, baja a tu cuerpo, es lo único que te conecta con el presente “Aquí y ahora”. Cuídalo, es tu vehículo para esta vida.
En esta etapa de la vida que nos acecha la incertidumbre, me viene a la cabeza una frase que escuché hace unos años y con la cual me siento muy identificada: “querida incertidumbre, cuantas cosas te debo”. Enredamos nuestro hilo con preocupaciones, incertidumbre, enfados…y sin parar de estar en modo HACER en vez de estar en modo SER y poder conectarnos con nosotros mismos y con el mundo mediante nuestro hilo rojo.
“Da lo que tengas que dar, antes de que la vida te quite todo lo que te ha dado” Rumi.
Yolanda López
Junio 2020