Vivimos en un mundo en el que confluyen una serie de circunstancias que propician el mantenernos en un estado mental extremadamente activo, siempre en modo hacer, alcanzado por innumerables estímulos simultáneos y con unos niveles de exigencia, personal y profesional, nunca vistos. Estamos siendo asediados por pensamientos de manera constante, no nos han enseñado a reconocer y gestionar nuestras emociones y vivimos, en términos generales, muy alejados de nuestros cuerpos. La práctica de Mindfulness nos ayuda, con cierto esfuerzo y dedicación, a revertir estas realidades y, así, a vivir mejor.
Para ello, nos entrenamos en técnicas como el escaneo corporal, la meditación, los movimientos conscientes… y comenzamos a tomar consciencia del momento. A partir de ahí, podremos ser capaces de ir llevando, poco a poco, nuestra atención consciente a nuestro día a día y, así, disfrutar de cinco grandes beneficios: es una extraordinaria herramienta para la gestión y reducción del estrés y de la ansiedad; potencia nuestra habilidad para relacionarnos con enfermedades crónicas o de larga duración; colabora muy significativamente en la recuperación y rehabilitación de dolencias, lesiones y enfermedades; disminuye los síntomas depresivos y, finalmente, se considera un excelente complemento para el tratamiento de la depresión y de su recuperación. Por último, mejora nuestro estado de bienestar y salud general. Por eso, me gusta decir que la práctica de Mindfulness no se recomienda exclusivamente a quien se siente estresado o incurso en una circunstancia personal negativa. Estoy convencido que su práctica redunda en beneficio de todos nosotros, como lo hace el ejercicio físico o una dieta sana.
¿Qué beneficios reporta el Mindfulness en el entorno laboral?
Las personas felices y motivadas pueden generar un inmenso valor para las empresas para las que trabajan. Y pueden realizarse en el lugar de trabajo si se sienten más sólidas, permanecen objetivas, responden en lugar de ser reactivas, muestran compasión consigo mismas y con los demás, y generan confianza con sus colegas, colaboradores, proveedores y clientes. Y la práctica de Mindfulness ayuda a conseguirlo. Muchas compañías están tomando conciencia de los beneficios que les supone apoyar el desarrollo de sus empleados a través de la capacitación en Mindfulness como parte de sus programas de desarrollo personal y profesional.
El American Institute of Stress ha calculado que se pierden alrededor de US$ 300 mil millones solo en los Estados Unidos cada año por absentismo, bajo rendimiento, rotación de empleados, accidentes y demandas de compensación de trabajadores relacionados con el estrés. Este fenómeno no está restringido a los Estados Unidos. De hecho, el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social del Reino Unido (HSE, por sus siglas en inglés) estima que el estrés, la depresión o la ansiedad relacionados con el trabajo, según los informes, representaron aproximadamente 11.7 millones de días de trabajo perdidos en Gran Bretaña en 2015/16. Las empresas de vanguardia, que ya han adoptado con éxito los programas de capacitación de Mindfulness incluyen a McKinsey, Nike, Procter & Gamble, Apple, Astra Zeneca, Accenture, Google y Yahoo.
Con cierto nivel de compromiso y algo de tiempo, una organización consciente podrá percibir, en un buen número de sus componentes, beneficios como incremento de la calidad en la toma de decisiones, mejora en concentración y atención, mejora en la comunicación y en las relaciones interpersonales, incremento de la empatía inteligente y la autorregulación emocional, enfoque de un liderazgo consciente…
Pero lo que los responsables de la organización apreciarán a corto plazo será una reducción de los estados de estrés y ansiedad, un aumento de la capacidad de afrontar nuevos desafíos, implicación positiva en los procesos de cambio y mayor creatividad para enfrentar obstáculos.
¿Qué beneficios pueden obtener los trabajadores de la práctica de Mindfulness?
Los que se dedican a gestionar personas, a liderar equipos y a proporcionar, desde las áreas de RRHH, herramientas y técnicas de gestión en entornos laborales necesitan hacer frente, cada día, a situaciones como… “no tengo tiempo, estoy agobiado”, “aquí hay demasiado estrés”, “vaya como viene el jefe hoy”, “no puedo más con la presión”….
Estos comentarios se escuchan tanto en las relaciones horizontales como en las verticales, tanto por responsables de equipos, como por sus integrantes y compañeros. En mi opinión, debemos trabajar y colaborar para generar organizaciones conscientes, que no son sino aquellas que se preocupan por proponer herramientas que faciliten la mejora en la gestión de reacciones psicológicas adversas ante la demanda personal, profesional y social del mercado actual. Y una de esas herramientas se fundamenta en la práctica de Mindfulness, orientada a que los componentes de las distintas perspectivas organizativas obtengan mejoras en campos como:
- Enfoque: control, estabilidad y eficiencia de la atención.
- Rendimiento cognitivo: pensamiento flexible, innovación, resolución de problemas y toma de decisiones.
- Regulación emocional: respuesta positiva al cambio, capacidad para responder hábilmente en lugar de reaccionar habitualmente.
- Desarrollo de habilidades interpersonales: mejorar la comunicación y la colaboración.
- Resiliencia: descubrir nuevas y más efectivas formas de navegar los desafíos y el estrés.
- Bienestar: qué es esencial para un compromiso pleno y significativo en el trabajo y en la vida.
También es una herramienta muy potente incorporada a programas de desarrollo personal, profesional o de equipos, basados en estrategias de team building, coaching, etc… En definitiva, se trata de hacer hincapié en áreas de actuación concretas como el liderazgo, la comunicación interpersonal, las relaciones interpersonales, la cooperación y el desarrollo personal que, en definitiva, refuerzan la salud, el bienestar y el adecuado clima laboral para la generación y mantenimiento de organizaciones conscientes.
¿Cómo puede Mindfulness ayudar en los procesos de transformación?
La incorporación profesionalizada de Mindfulness en una organización no hará sino reafirmar la identidad cultural de la misma, siempre que ésta tenga, como una de sus referencias, el bienestar personal y profesional de su talento en todos los niveles. Desde ahí, Mindfulness es, probablemente, la mejor herramienta para ayudar a la organización, a nivel individual y colectivo, en los procesos de transformación que, cada vez son más acuciantes, rápidos y demandantes.
Los procesos de transformación producen que nuestra mente dispare pensamientos teñidos de incertidumbre sobre el futuro. ¿Seré capaz…?¿Contarán conmigo…?¿Cambiará mi entorno…? Son pensamientos que entroncan con emociones que terminan registrando problemas a nivel corporal. Un caldo de cultivo perfecto para la ansiedad y el estrés, posiblemente los peores enemigos en el seno de una empresa.
Mindfulness, mediante el entrenamiento de la mente, ha demostrado, con evidencias científicas muy contrastadas, ser muy eficaz no solo para contrarrestar los efectos del estrés y la ansiedad, sino para permitir a las personas transitar de manera tranquila y eficiente a través de los procesos transformacionales, afecten estos a la organización en su conjunto, a una parte, a un grupo de individuos o, incluso, a uno solo.
¿Cómo se recomienda que se introduzca el Mindfulness en las empresas: cursos, espacios de silencio, retiros…?
La práctica de Mindfulness no es una píldora que se toma y desaparecen los problemas. Requiere de compromiso y constancia, de asumir que es beneficioso para uno mismo, más allá del beneficio que pueda obtener la empresa. Por eso, es clave que se comience con sesiones introductorias, se establezcan inicialmente grupos de voluntarios compuestos de personas de diferentes áreas de la empresa. Este es el escenario ideal para comenzar y es vital el papel del área de RRHH.
Después, en función de las necesidades detectadas y siempre de la mano del área de RRHH, se establece un plan de incorporación de Mindfulness a los distintos niveles de la empresa y con los objetivos más precisos, poniendo en marcha programas concretos. Es entonces cuando puede presentarse un plan específico y personalizado para la generación de una Organización Consciente, con mayor o menor alcance, en función de cada caso.
Si la dimensión de la empresa lo justifica, es conveniente proponer también la formación de determinadas personas que, en el futuro, puedan mantener el plan en funcionamiento sin necesidad de recurrir a terceras partes. Para ello, un itinerario formativo perfecto es el Máster en intervenciones profesionales de la Universidad de Alcalá, en colaboración con El Rincón de Mindfulness. Este Máster ofrece un itinerario opcional en su seno, dirigido a gestores de talento, formadores, consultores y áreas de RRHH, expertos en desarrollo profesional, que permitirá al alumno incorporar Mindfulness en la gestión del talento y en el desarrollo de capacidades y habilidades en su empresa, y así desarrollar organizaciones y profesionales conscientes.
¿Hay datos que respalden objetivamente los resultados?
“Contemplating Mindfulness at Work (An Integrative Review)” es el nombre del estudio publicado, en 2016, por la revista Journal of Management (US) y dirigido por Christopher Lyddy, de la Universidad Case Western Reserve, y Darren Good, profesor en Pepperdine University’s Graziadio School of Business and Management. Los investigadores consideraron 4.000 artículos científicos sobre diversos aspectos del Mindfulness, y entre sus conclusiones resaltan que Mindfulness mejora tres cualidades de atención: estabilidad, control y eficiencia. Y aunque la atención plena es una cualidad individual, la evidencia sugiere que afecta el comportamiento interpersonal y a las relaciones de grupo de trabajo. La mayor parte de los estudios analizados concluyen que Mindfulness puede mejorar las relaciones a través de una mayor empatía y compasión, lo que sugiere que la capacitación en su práctica podría mejorar los procesos en el lugar de trabajo que dependen del liderazgo efectivo y el trabajo en equipo.
Un estudio publicado por Adecco en 2016 muestra los siguientes resultados entre los trabajadores a los que se ha capacitado en Mindfulness y entre las empresas que han puesto recursos para ello:
- El 65% de los trabajadores afirma tener mayor sensación de calma y relax en el trabajo.
- Se ha detectado una reducción del 78% en los días de baja por ansiedad, estrés o depresión en las empresas que llevan a cabo esta práctica.
- Se ha establecido un incremento medio de la productividad en torno al 20%.
- 8 de cada 10 empresas que conocen el concepto de Mindfulness reconocen que tienen necesidades formativas en este sentido.
- El 80% de las organizaciones consultadas se plantea formar a sus trabajadores en la atención plena en los próximos años.
¿Cómo ha evolucionado la demanda de este tipo de programas por parte de las empresas?
En el año 2016, Fidelity Investments reportaba en un informe que el 22% de las empresas en EEUU ofrecían programas de formación a sus empleados en Mindfulness. El mismo reporte eleva en 2018 esta cifra al 36% de las empresas y otro 26% más se plantean iniciar un programa en los próximos meses. En la actualidad, se estima que el 52% de los empleados en EEUU han tenido ya acceso a formaciones en Mindfulness. Junto a los gigantes multinacionales como Google, Aetna, Goldman Sachs, Intel, Shell o SAP, instituciones como el Parlamento británico, el Congreso de EEUU o la Universidad de Harvard lo tienen interiorizado, poniendo recursos y espacios a disposición de los empleados que practican Mindfulness.
En España se estima que solo el 5% de los empleados ha tenido acceso a formación en Mindfulness, pero algunas grandes corporaciones ya están en marcha. Es bien conocido el ejemplo de Iberdrola. Desde principios de 2018, la compañía ha impartido ya ocho cursos con la participación de 800 trabajadores. Sumando los 400 empleados que asistieron a estos seminarios en 2017, más los 400 que previsiblemente acudirán a los cuatro cursos programados de aquí a diciembre, la cifra total rondará los 1.600 asistentes en apenas año y medio.
Pero no hay que ser una gran corporación. La gran ventaja de la incorporación de Mindfulness al entorno laboral es la poca complejidad que reviste el proceso: una sala y un instructor es suficiente para empezar. Recomendamos siempre que se acuda a instituciones acreditadas y solventes, con capacidad para acompañar a la empresa en todo el proceso.
Rafael Senén
Cofundador
El Rincón de Mindfulness